Las tecnologías de la información y la comunicación


El primer reto que deben afrontar es aumentar la productividad por empleado del sector.

ANTONIO BAHAMONDE CATEDRÁTICO DE CIENCIAS DE LA COMPUTACIÓN

En el informe que elabora el IDEPA sobre los sectores productivos en el Principado, en 2006 el sector TIC estaba formado por un conjunto de empresas que daban empleo a cerca de 5.000 personas y que tenían una facturación de 700 millones de euros anuales. Esto dibuja el perfil de un sector con más empleados que el resto, para facturaciones similares. Por ejemplo, las industrias químicas en este mismo período tenían 3.800 empleados con una facturación de algo más de 1.000 millones. La contribución de cada empleado del sector TIC a la facturación de su empresa era de unos 140.000 euros, mientras que en sectores como el químico o el del metal esta contribución ronda el doble. En el conjunto de España, en el sector TIC, cada empleado genera una facturación de 200.000 euros.

A la vista de estos datos, el primer reto del sector TIC asturiano es aumentar la productividad por empleado y la única herramienta para conseguirlo es la innovación. Este es un reto fundamental para el conjunto de Asturias. La innovación de las TIC es clave no solo para este sector, sino en buena medida también para los demás ya que, en muchas ocasiones, su innovación también supone la incorporación de productos relacionados con las TIC.

Si excluimos a las empresas que venden pequeños equipos o consumibles, nos quedan las empresas que deben protagonizar esta innovación y que están agrupadas en el Cluster TIC: 72 empresas con una facturación conjunta de 217 millones al cierre de 2008 y unos 2.900 trabajadores. Pero hay que tener en cuenta que sólo la facturación de Telecable superó los 112 millones.

Con este panorama, el camino que queda al resto de las empresas del sector, en especial a las informáticas, parece ser la especialización en productos más sofisticados. Es un error insistir en un software rutinario y al alcance de las factorías de países emergentes como la India o los del este europeo.

Para abordar este reto será necesaria una reorganización de la estructura del personal de las empresas informáticas. La formación de estos profesionales debería planificarse con el sector buscando una industria sostenible. No se pueden dejar pasar las oportunidades que brindan nuevas necesidades sociales que incluyen, por ejemplo, la educación de una nueva generación de «nativos digitales», la ayuda a los discapacitados o dependientes. Todo ello demandará productos cada vez más inteligentes, disponibles en una multitud de dispositivos móviles.

Fuente: Las tecnologías de la información y la comunicación [LNE.es]