Colegios de ingenieros informáticos, la verdad a medias.


Al rebufo de las protestas por el plan Bolonia los ingenieros en informática relanzan una ya vieja polémica, la regulación del ejercicio de la informática. Que duda cabe de que la informática es una profesión joven y por lo tanto vive una situación acorde con esta circunstancia. Pero nos cuentan solo lo que conviene.

En las exigencias del colectivo se habla de la creación de un colegio estatal de ingenieros y que se de reconocimiento a los actuales colegios de ingenieros informáticos que actualmente no están equiparados a los colegios de otras disciplinas como puedan ser los ingenieros en telecomunicaciones.

La mayoría de colegios de ingenieros informáticos estos días hablan de intrusismo cuando se refieren a un amplio colectivo de profesionales que vienen ejerciendo su profesión sin tener estudios específicos de informática. Los colegios son unos organismos anacrónicos, inmovilistas y excluyentes, puesto que solo se contempla la incorporación a los mismos de licenciados universitarios en la inmensa mayoría. Algunos colegios ya apuntan maneras del colegueo y de muestras de todo lo que comento.

En muchos otros países más avanzados y con un recorrido más amplio históricamente del ejercicio profesional de la informática optaron en su momento por la s asociaciones, en España tenemos como ejemplo la ATI (Asociación de Técnicos de Informática), donde se reúnen profesionales de las TIC licenciados y no licenciados. La mayoría de los que ahora reclaman la colegiación obligatoria ni siquiera han tenido en cuenta la opción de asociaciones como la mencionada ATI que tiene una mentalidad más abierta, en definitiva más corde con la realidad de la profesión.

Se habla de intrusismo, pero ninguna de las agrupaciones que promueven una cercana manifestación para conseguir la colegiación y regulación habla de un régimen disciplinario para afrontar las responsabilidades de la mala praxis y negligencia (aunque en los colegios si conste entre sus funciones ) con la misma intensidad con la que reclaman la eliminación de lo que ellos llaman intrusos, lo cual suena a “queremos ser como los demás ingenieros, pero no tanto”, esta obsesión por un supuesto intrusismo y no por un código disciplinario evidencia el afán de reducir el pastel de las TIC a unos pocos y de retirar del mercado a una gran cantidad de profesionales que guste o no ejercen su profesión dentro de la legalidad y de forma competente y responsable.

De las páginas que he podido visitar de diferentes colectivos de ingenieros (Algunas con serios problemas), ninguna aborda el tema del actual colectivo de profesionales no titulados, lo cual demuestra un serio e incipiente corporativismo incluso antes de la constitución de los colegios de forma efectiva, lo que augura si finalmente sale adelante esta exigencia, otro colegio carpetovetónico al estilo de los ya existentes donde su única función no será de puertas a fuera y de cara a la sociedad, si no de puertas a dentro y protegiendo a sus colegiados.

Los colegios actualmente no dan soluciones para una situación que esta ahí y que ellos han optado por no abordar públicamente, contando una verdad a medias ante los medios de comunicación. La informática es una profesión joven que no debería regirse por vetustos colegios más propios de tiempos pasados y mirar un poco a otros muchos paises donde no se rigen mediante colegios y si mediante asociaciones, mucho más dinámicas, activas y útiles.

La retórica utilizada es sin duda ofensiva para el actual colectivo de no titulados, frases como “es como si mañana un charcutero se pone a picar código” o si “un albañil mañana te hace una operación a corazón abierto con un manual bajado de internet” (busquen en foros los comentarios), son afirmaciones que como en la primera menosprecian a profesionales que llevan ejerciendo (muchos de ellos más tiempo que los ingenieros que ahora quieren retirarles del mercado) o menoscabar su profesionalidad reduciéndolos a “charcuteros” de la informática, en la segunda sencillamente se opta por la demagogia. Se da la paradoja de que muchos de los que usan estos argumentos trabajan cada día con esos "Charcuteros" sin saber los pobres que su compañero los quiere sacar del mercado por ley.

El mercado laboral y el mercado formativo fluyen en contra de esta concepción anticuada de la profesión que quieren imponer por ley, puesto que hoy por hoy las empresas valoran más a un profesional con experiencia y con cuatro certificaciones de Microsoft o Cisco (para las que no se exige ser ingeniero) que a un recién salido de la universidad, lo cual evidencia que en la informática confluyen nos guste o no factores diferentes a los que se dan en otras profesiones regladas como la medicina o el derecho y por lo tanto en este caso se utilizan no por ser comparaciones realistas si no porque sirven para justificar los objetivos a conseguir.

Negar todos estos factores es contar la verdad a medias y es lo que está ocurriendo actualmente. Por cierto, algunos de estos colectivos han metido a los FP’s de informática dentro de estas reivindicaciones para conseguir más adhesiones, cuando muchos colegios actualmente no contemplan la figura del FP en sus fines   (punto nº 1) y por supuesto nadie les dice  que acabarían por ocupar el escalafón más bajo en una posible regulación, porque en este país contrariamente a países como Alemania (por poner un ejemplo cercano) la Formación Profesional sigue siendo una titulación de segunda.

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